KISS armó la fiesta en Lima

La leyenda pisó Lima y pintó nuestra capital de estridente blanco y negro. Kiss ofreció un inigualable concierto en el Estadio Nacional ante 43 mil almas que vibraron con el derroche de pirotecnia, lanzallamas, efectos y el buen rock que solo la mítica agrupación pudo ofrecer. El genial Paul Stanley puso en alto la bicolor y Gene Simmons escupió sangre volando sobre el escenario.
La promesa de un show espectacular por los 35 años de existencia de la banda norteamericana que ha marcado a generaciones enteras se cumplió con creces. “Esta noche es la noche. Entiendo tu sentimiento y mi corazón es tuyo”, fueron las palabras del vocalista Paul Stanley, cuya guitarra lanzó fuegos artificiales a lo largo del show, desatando la euforia de todo el Estadio Nacional. Caras pintadas a imagen de los cuatro miembros del pack estadounidense eran visibles en toda la multitud. Sin duda, las risas de la noche se las robó Stanley, cuyos coqueteos con el público fueron desde las muecas hasta los gestos subidos de tono. Entre los múltiples temas que el líder interpretó jocosamente estuvieron ‘Guantanamera’, ‘Una paloma blanca’ y el legendario ‘Starway to heaven’ de Led Zeppelin. Sin duda, el despliegue técnico y los espectaculares efectos de escena superaron de lejos a todo concierto realizado hasta la fecha. El bajista Simmons voló sobre el escenario para cantar desde lo alto, al mismo tiempo que escupía sangre y pronunciaba “mucho gusto” en un perfecto castellano. Por su parte, el vocalista Stanley atravesó de ida y vuelta las alturas del Nacional con una polea que lo llevó trepado a una plataforma en medio del complejo.
La parte más emotiva del show fue el retorno de la banda, tras un breve descanso, flameando nuestra bandera. “Hemos volado a Santiago, a Bogotá, a Sao Paulo, pero Lima es la número uno. Perú, Kiss los ama”, dijo Paul, quien luego hizo trizas su guitarra con golpes contra el suelo que estremecían a los asistentes al ser acompañados con estallidos pirotécnicos. Lima entera saltó, bailo y destrozó su garganta con ‘Parasite’, ‘Rock & Roll all night’, ‘Lick it up’, ‘Love Gun’, ‘I was made for lovin’ you’ y ‘Detroit Rock City’, entre otros inmortales e infaltables éxitos de Kiss. La súper banda se despidió prometiendo volver en un futuro no muy lejano y dejando a su paso una interminable lluvia de fuegos artificiales que cubrieron el cielo del Nacional como el broche de oro de una noche de rock sin igual.